Esta lección no se enfoca en una hamburguesa terminada con panes y salsas, sino en el corazón y alma de la misma: la mezcla de carne perfecta. El chef demuestra que una hamburguesa de clase mundial no se hace con cualquier carne molida, sino con una selección y combinación específica de cortes y grasa para lograr el balance ideal de sabor, jugosidad y textura.
El secreto revelado es una mezcla precisa de Asado de Tira por su sabor profundo (gracias a su cercanía al hueso) y Pecho de res (brisket) por su textura y jugosidad. A esto se le añade grasa de la propia costilla, rica en colágeno, para cumplir con la proporción dorada del 80/20. El proceso incluye una doble molienda y un amasado manual para asegurar una integración perfecta, resultando en una carne lista para convertirse en la mejor hamburguesa.